El título del libro se refiere a la
suma maldad velada del antagonista, a las malas intenciones, a los actos
premeditados que no reconocemos del perverso, porque lo que “vemos” son sus
palabras y no “escuchamos” sus actos.
“Quise retratar a un personaje malvado,
lleno de traumas y complejos que por sentirse pequeño quiere que los que le
rodean sean pequeños y elabora sus planes para lograrlo. El perverso de esta
historia es infeliz y desea que los demás también lo sean, aunque compartan su
misma sangre”.
Inspirada en hechos reales, la obra se
sumerge en el género fantástico y nos lleva a un plano etéreo en donde una
energía próxima a encarnar en el planeta Tierra es puesta bajo la instrucción
de siete entidades que le darán la información necesaria para su primer
encuentro con el ser humano.
Los siete instructores se valen de sus
experiencias y múltiples encarnaciones que han tenido a lo largo de su
existencia, para enseñarle al protagonista que son las acciones de las personas
las que hablan y no las palabras.
Una posible respuesta a ¿Qué hay
después de la muerte? es lo que se plantea también en Perverso.